Desbloquea emociones a través de un cuento…
-Para liberarte de algùn suceso del pasado que aùn te afecte en el presente, escribe un cuento con un personaje que viva la misma experiencia. Deja que ese personaje se lleve consigo tu dolor-
El otoño aun no había llegado y como por arte de magia, sus ojos se cruzaron. Ella se sentía extraña. ¿Sería que realmente Cupido existía? ¿Serìa que la flecha del amor los había atravesado?
Día tras día la relación iba floreciendo. Los primeros brotes habían asomado…
Todo era novedoso, excitante, maravilloso… Tanto, que le causaba temor… Pero ese miedo, se fue diluyendo y ella se dejó inundar por ese mar de sentimientos.
Cada encuentro era intenso. ¿Es que esto es posible? Se preguntaba una y otra vez…
¿Cómo alguien puede llegar tan profundo y tocar de esta manera el alma de una persona?
Un día, dejó de cuestionarse. Estaba enamorada… Era algo indescriptible. Esa sensación de plenitud, amar y realmente sentirse amada. No había palabras que pudieran fielmente dar una idea de lo que estaba sintiendo.
Sus ojos se habían tornado más luminosos, su rostro se veía fresco.
Su vida, su ser, parecían haber sido tocados por una varita mágica.
Comenzó a cantar, a bailar, por primera vez en mucho tiempo volvió a soñar…
Creyó realmente haber conseguido la felicidad…
“Felicidad… Todos la perseguimos aunque nos cuesta explicar en que consiste exactamente”.
En su caso, era esa dicha, el amor, todo el conjunto de cosas y personas en que él estaba incluido, eran SU felicidad…
Un día él se fue… Así, sin previo aviso.
Escuchó la famosa frase “No sos vos, soy yo” y un Adiós…
Vientos huracanados envolvieron su cuerpo desmembrándolo, esparciendo sus partes, rasgando su corazón.
Muchos intentaban explicar, justificar, consolar, acompañar… Pero nada era suficiente. Su vida había perdido todo sentido…
Lo que necesitaba era que él estuviera a su lado… pero ya no estaba…
“Dice un dicho que el amor es como una mariposa, cuanto mas lo persigues, mas huye, pero si vuelves la atención hacia otras cosas, ella vendrá y se posará en tu hombro”.
Hoy su vida continúa. Comprendió que a pesar de todo el amor que le pudiera tener, si no era mutuo no tenia sentido. Y lo más importante es que era ELLA la única necesaria en su vida para ser feliz. “Todo comienza por casa”.
Pudo ensamblar nuevamente su cuerpo, sus partes y los desgarros del corazón siguen sanando…
“Cuando una puerta se cierra, otra se abre, pero a menudo miramos tanto la puerta cerrada que no vemos lo que se ha abierto ante nosotros”
Comenzó a caminar nuevamente, algunas veces se detiene y mira por encima de su hombro con ojitos nostálgicos, a veces también hilos de cristal recorren su cara…
Pero aun así, no se detiene. Vuelve a mirar adelante, retoca su rostro y continua... recordando un fragmento del guión de una de sus películas favoritas…
“Los lamentos son una perdida de tiempo, son el pasado paralizándote en el presente”.
El otoño aun no había llegado y como por arte de magia, sus ojos se cruzaron. Ella se sentía extraña. ¿Sería que realmente Cupido existía? ¿Serìa que la flecha del amor los había atravesado?
Día tras día la relación iba floreciendo. Los primeros brotes habían asomado…
Todo era novedoso, excitante, maravilloso… Tanto, que le causaba temor… Pero ese miedo, se fue diluyendo y ella se dejó inundar por ese mar de sentimientos.
Cada encuentro era intenso. ¿Es que esto es posible? Se preguntaba una y otra vez…
¿Cómo alguien puede llegar tan profundo y tocar de esta manera el alma de una persona?
Un día, dejó de cuestionarse. Estaba enamorada… Era algo indescriptible. Esa sensación de plenitud, amar y realmente sentirse amada. No había palabras que pudieran fielmente dar una idea de lo que estaba sintiendo.
Sus ojos se habían tornado más luminosos, su rostro se veía fresco.
Su vida, su ser, parecían haber sido tocados por una varita mágica.
Comenzó a cantar, a bailar, por primera vez en mucho tiempo volvió a soñar…
Creyó realmente haber conseguido la felicidad…
“Felicidad… Todos la perseguimos aunque nos cuesta explicar en que consiste exactamente”.
En su caso, era esa dicha, el amor, todo el conjunto de cosas y personas en que él estaba incluido, eran SU felicidad…
Un día él se fue… Así, sin previo aviso.
Escuchó la famosa frase “No sos vos, soy yo” y un Adiós…
Vientos huracanados envolvieron su cuerpo desmembrándolo, esparciendo sus partes, rasgando su corazón.
Muchos intentaban explicar, justificar, consolar, acompañar… Pero nada era suficiente. Su vida había perdido todo sentido…
Lo que necesitaba era que él estuviera a su lado… pero ya no estaba…
“Dice un dicho que el amor es como una mariposa, cuanto mas lo persigues, mas huye, pero si vuelves la atención hacia otras cosas, ella vendrá y se posará en tu hombro”.
Hoy su vida continúa. Comprendió que a pesar de todo el amor que le pudiera tener, si no era mutuo no tenia sentido. Y lo más importante es que era ELLA la única necesaria en su vida para ser feliz. “Todo comienza por casa”.
Pudo ensamblar nuevamente su cuerpo, sus partes y los desgarros del corazón siguen sanando…
“Cuando una puerta se cierra, otra se abre, pero a menudo miramos tanto la puerta cerrada que no vemos lo que se ha abierto ante nosotros”
Comenzó a caminar nuevamente, algunas veces se detiene y mira por encima de su hombro con ojitos nostálgicos, a veces también hilos de cristal recorren su cara…
Pero aun así, no se detiene. Vuelve a mirar adelante, retoca su rostro y continua... recordando un fragmento del guión de una de sus películas favoritas…
“Los lamentos son una perdida de tiempo, son el pasado paralizándote en el presente”.
